De un ataque de panico salen las lagrimas y un grito no escuchado, un grito sin voz, una imagen congelada en el tiempo que solo representa un sentimiento agotado por el dolor de un remordimiento no concedido.
De una gota de sangre salen mil espacios en blanco cargados de la conciencia muerta en una mente vacia por todos los ladrones de memorias.
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