domingo, 3 de enero de 2016

Simple

Nada es tan simple.

Un día con ansiedad miré al vació esperando respuestas que nunca llegaron.
Un día con ansiedad mi cuerpo se paralizó de miedo por la idea de tener que subir mi voz.
Un día con ansiedad actué como imbécil.
Un día con ansiedad me dio miedo perder a mis amigos por actuar como imbécil.
Un día con ansiedad grité y lloré sin que nadie me escuche.
Un día con ansiedad confié en la persona que no debía y por eso retrocedí muchos pasos.

Nunca nadie me ha dicho que todo va a estar bien.

Una semana con ansiedad no salí de mi casa.
Por lo menos sola no la puedo cagar más.
Una semana con ansiedad y aprendí a quererla.


Pero decirte a ti mismo que todo va a estar bien deja de servir tarde o temprano.