Tu alma no puede ser pedida, solo tomada por ti, tu otro yo.
Son uno y son otro. Son conscientes. Son puros y sucios unidos en una batalla.
Quien cruza la cortina, quien la cuida bien. No tropieces, no la limpies. Déjala ahi donde pertenece.
Uno no la pierde, el resto lo hace.
Y yo celebro la vida, no la muerte.
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