viernes, 21 de diciembre de 2012

The Iron Town

Y el hombre se volvió más poderoso, dejando de usar piedras y palos para cambiarlos por armas de fuego. Letales, como las heridas de su pasado. Ya no necesita la ayuda de los dioses, por el contrario, ahora ellos le temen. Destruye todo a su paso, el corazón de la vida, sin tener razón para ello. La sangre lo llama, el color y sabor le atraen pues es su signo de victoria.

Evolución, lo llamó; y condenó todas las religiones. Mató lo que le dio vida pues es lo que lo debilitaba. El amor lo volvía sumiso y anuló cada sentimiento. Destruyó su esencia, su alma y pasado. A cambio fingió querer ayudar vidas ajenas por sentir que la suya era perfecta.


Luego el hombre escribió un libro y se volvió nuestro dios. Los mismos demonios le temen: pueden pelear entre ellos,  pueden pelear contra dioses, pero el hombre ya no tiene nada que perder.

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